Cambio de mando: la izquierda corroída sale por la puerta trasera del escenario…sus viejos estandartes irónicamente “desconcertados” no saben que sucedió….La derecha chilena llega al más alto sitio del poder político….el económico ya lo tiene….
¿Qué nos espera?
Don Sebastián Piñera Echenique ha tenido en estos últimos meses una transformación feroz. Una izquierda desgastada, enquistada, casi triquinosa, nos lo había pintado diferente a como lo vemos hoy en día, (nos dijeron algo de un desfalco al banco de Talca, de uso de información privilegiada, de manejo de influencias, y hasta de una grabación antigua en cassete como sacada de un tesoro egipcio polvoriento de esos de miles de años atrás…) Hoy por hoy Piñera no es lo mismo, y no volverá a serlo. Hoy el sistema lo acoge y le brinda protección, a pocos días de ser electo ya comenzaron las restricciones a la prensa (Iván Núñez quedó muy molesto) sobre que temas preguntar y cuales no al futuro presidente, mal que mal es eso, el presidente de la Republica de Chile. Y debemos cuidarlo. Su imagen debe ser la mejor, quizás hasta alguien al final de su mandato dirá que es un gran estadista.
Las visiones del mundo cambian, o por lo menos eso nos hacen creer los medios, la prensa escrita, la televisión, la radio, demás está decir que son ellos mismos quienes las manejan (la derecha) y nos mienten tanto en el día a día que al final uno no sabe que es cierto y que no, de tanto manipularnos uno termina creyendo y pensando que algo de verdad debe haber en todo aquello que se dice. Nada más cercano a la desinformación como en una guerra donde todo está permitido.
En fin, el futuro es de los poderosos, como decía Nietzsche filósofo alemán anti-modernista en su libro “genealogía de la moral”: existen dos tipos de personas Los fuertes y los débiles, los dominadores y los dominados, las aves de rapiña y los corderos. Los fuertes tienen el poder y el resto, los corderos o débiles, culpan a cualquier cosa por estar sometidos, o se refugian en la religión con la quimérica esperanza de que todo algún día cambie cuando algún señor baje en una nube o alguna otra pachotada por el estilo. El presidente electo maneja muy bien eso, de hecho nombra a dios muy a menudo en sus discursos, Manteniendo una vez más (como lo hacen todos los gobiernos de turno) el suspenso eterno de las mejoras que algún día por fin llegarán para el pueblo menesteroso…mientras tanto la gente vive de la ilusión…
Se escuchan tantas cosas del gobierno aliancista, que eliminará la compensación por años de servicio, que bajará el sueldo mínimo como un modo de generar más empleos, etc. no lo sabemos pero si hay algo claro: los sueldos no suben en la misma proporción que lo hacen los bienes consumibles (por no decir que no suben nada en lo absoluto), esto provoca un sobreendeudamiento de la worker class y una consecuente eterna generación de deudas en que debe incurrir la gente trabajadora pues sus sueldos, “dignos” según la clase gobernante, no les alcanzan para cubrir lo básico. Eso tiene un claro fin: La reproducción de una clase dependiente, trabajadora, debilitada…evitar que puedan surgir…para que el sistema siga funcionando como ha venido haciéndolo desde siglos. Es como una réplica minimalista de la “Teoría de la dependencia de América Latina” del chileno Enzo Falleto y del ex presidente Brasileño Cardoso. Los más pobres y débiles dependen de los más poderosos así como América Latina depende del primer mundo el que nos entrega lo justo para mantener la dependencia. Una dependencia eterna, como la más cruel y antigua historia humana, un cuadro dantesco de lucha de poder y dinero. Una verdadera profecía Chompskyana.
Lamentablemente todos somos humanos, y no conozco a ningún político que no haya salido con más patrimonio del que contaba al momento de entrar. El señor Kichnner en Argentina es un claro ejemplo y ni hablar de los dictadores, eso realmente no tiene nombre. La historia se repite, los intereses personales y de los grandes grupos económicos están por sobre cualquier otra cosa, sobre las vidas humanas, sobre la vida en el planeta que se destruye lentamente, sobre la religión e incluso sobre la justicia, es como si no hubiera nada que esperar, nada que hacer. Nada en que creer .Dejo la pregunta abierta ¿estamos sumidos en un nihilismo ascético? Puede ser, aunque no se que tan moderado sea, el tipo de educación recibida y el acceso a la cultura regula el numero de personas concientes de la cruda realidad política, es más, creo que la percepción de la gente a cambiado. Aunque todavía quedan de esos imbéciles (por llamarlos elegantemente) que se dejan comprar con chucherías de brillantes y fastuosos colores, por necesidad o por ignorancia, porque tal o cual candidato ofreció un bono, o me pagó el pasaje para ir a tal parte, o porque repartió café o empanadas a la salida del metro. Insulsas estrategias baratas que lamentablemente funcionan con el ciudadano común, enajenado, castrado mental. Pero seamos constructivos, lo que le falta a nuestra democracia para que realmente se pueda llamar Democracia, es:
a) que nuestra democracia representativa pase a ser una democracia directa, es decir, que exista más consulta ciudadana, así tendremos al menos alguna injerencia en las decisiones que se toman en el país,
b) Eliminar definitivamente el sistema Binominal, es una vergüenza que personas con alta votación popular queden fuera por culpa de este famoso invento del señor Jaime Guzmán. (¿democracia pseudo-representativa?)
c) Deberemos además proteger nuestros recursos naturales, el cobre, nuestras aguas, afrontar el problema del pueblo mapuche, nuestros ríos en el sur, aunque en realidad ya no queda ninguno en poder de Chile, todos están en poder de transnacionales,
d) Debemos cuidar nuestros paisajes naturales, nuestra patagonia etc. ¿realmente queremos construir una represa allí? Preguntémosle a la gente,
¿Qué pasó? ¿En que momento perdimos el rumbo? Tal vez F. Nietzsche tenía razón y como dirían los débiles:
“... Que Dios nos libre, la derecha llegó al poder…”
¿Qué nos espera?
Don Sebastián Piñera Echenique ha tenido en estos últimos meses una transformación feroz. Una izquierda desgastada, enquistada, casi triquinosa, nos lo había pintado diferente a como lo vemos hoy en día, (nos dijeron algo de un desfalco al banco de Talca, de uso de información privilegiada, de manejo de influencias, y hasta de una grabación antigua en cassete como sacada de un tesoro egipcio polvoriento de esos de miles de años atrás…) Hoy por hoy Piñera no es lo mismo, y no volverá a serlo. Hoy el sistema lo acoge y le brinda protección, a pocos días de ser electo ya comenzaron las restricciones a la prensa (Iván Núñez quedó muy molesto) sobre que temas preguntar y cuales no al futuro presidente, mal que mal es eso, el presidente de la Republica de Chile. Y debemos cuidarlo. Su imagen debe ser la mejor, quizás hasta alguien al final de su mandato dirá que es un gran estadista.
Las visiones del mundo cambian, o por lo menos eso nos hacen creer los medios, la prensa escrita, la televisión, la radio, demás está decir que son ellos mismos quienes las manejan (la derecha) y nos mienten tanto en el día a día que al final uno no sabe que es cierto y que no, de tanto manipularnos uno termina creyendo y pensando que algo de verdad debe haber en todo aquello que se dice. Nada más cercano a la desinformación como en una guerra donde todo está permitido.
En fin, el futuro es de los poderosos, como decía Nietzsche filósofo alemán anti-modernista en su libro “genealogía de la moral”: existen dos tipos de personas Los fuertes y los débiles, los dominadores y los dominados, las aves de rapiña y los corderos. Los fuertes tienen el poder y el resto, los corderos o débiles, culpan a cualquier cosa por estar sometidos, o se refugian en la religión con la quimérica esperanza de que todo algún día cambie cuando algún señor baje en una nube o alguna otra pachotada por el estilo. El presidente electo maneja muy bien eso, de hecho nombra a dios muy a menudo en sus discursos, Manteniendo una vez más (como lo hacen todos los gobiernos de turno) el suspenso eterno de las mejoras que algún día por fin llegarán para el pueblo menesteroso…mientras tanto la gente vive de la ilusión…
Se escuchan tantas cosas del gobierno aliancista, que eliminará la compensación por años de servicio, que bajará el sueldo mínimo como un modo de generar más empleos, etc. no lo sabemos pero si hay algo claro: los sueldos no suben en la misma proporción que lo hacen los bienes consumibles (por no decir que no suben nada en lo absoluto), esto provoca un sobreendeudamiento de la worker class y una consecuente eterna generación de deudas en que debe incurrir la gente trabajadora pues sus sueldos, “dignos” según la clase gobernante, no les alcanzan para cubrir lo básico. Eso tiene un claro fin: La reproducción de una clase dependiente, trabajadora, debilitada…evitar que puedan surgir…para que el sistema siga funcionando como ha venido haciéndolo desde siglos. Es como una réplica minimalista de la “Teoría de la dependencia de América Latina” del chileno Enzo Falleto y del ex presidente Brasileño Cardoso. Los más pobres y débiles dependen de los más poderosos así como América Latina depende del primer mundo el que nos entrega lo justo para mantener la dependencia. Una dependencia eterna, como la más cruel y antigua historia humana, un cuadro dantesco de lucha de poder y dinero. Una verdadera profecía Chompskyana.
Lamentablemente todos somos humanos, y no conozco a ningún político que no haya salido con más patrimonio del que contaba al momento de entrar. El señor Kichnner en Argentina es un claro ejemplo y ni hablar de los dictadores, eso realmente no tiene nombre. La historia se repite, los intereses personales y de los grandes grupos económicos están por sobre cualquier otra cosa, sobre las vidas humanas, sobre la vida en el planeta que se destruye lentamente, sobre la religión e incluso sobre la justicia, es como si no hubiera nada que esperar, nada que hacer. Nada en que creer .Dejo la pregunta abierta ¿estamos sumidos en un nihilismo ascético? Puede ser, aunque no se que tan moderado sea, el tipo de educación recibida y el acceso a la cultura regula el numero de personas concientes de la cruda realidad política, es más, creo que la percepción de la gente a cambiado. Aunque todavía quedan de esos imbéciles (por llamarlos elegantemente) que se dejan comprar con chucherías de brillantes y fastuosos colores, por necesidad o por ignorancia, porque tal o cual candidato ofreció un bono, o me pagó el pasaje para ir a tal parte, o porque repartió café o empanadas a la salida del metro. Insulsas estrategias baratas que lamentablemente funcionan con el ciudadano común, enajenado, castrado mental. Pero seamos constructivos, lo que le falta a nuestra democracia para que realmente se pueda llamar Democracia, es:
a) que nuestra democracia representativa pase a ser una democracia directa, es decir, que exista más consulta ciudadana, así tendremos al menos alguna injerencia en las decisiones que se toman en el país,
b) Eliminar definitivamente el sistema Binominal, es una vergüenza que personas con alta votación popular queden fuera por culpa de este famoso invento del señor Jaime Guzmán. (¿democracia pseudo-representativa?)
c) Deberemos además proteger nuestros recursos naturales, el cobre, nuestras aguas, afrontar el problema del pueblo mapuche, nuestros ríos en el sur, aunque en realidad ya no queda ninguno en poder de Chile, todos están en poder de transnacionales,
d) Debemos cuidar nuestros paisajes naturales, nuestra patagonia etc. ¿realmente queremos construir una represa allí? Preguntémosle a la gente,
¿Qué pasó? ¿En que momento perdimos el rumbo? Tal vez F. Nietzsche tenía razón y como dirían los débiles:
“... Que Dios nos libre, la derecha llegó al poder…”