miércoles, 19 de mayo de 2010

De la sociedad consumida

Ein Volk, ein Reich, ein Führer (un pueblo, un estado, un jefe)

Lejos de ser la existencia de una cultura autóctona nacional lo que funda nuestra nación y el nacionalismo (el ser chileno), lo que ocurre en realidad es lo inverso; es el Estado el que produce una cultura nacional mediante la educación. El estado difunde, generaliza, impone una cultura ya elaborada pensada y premeditada: el Himno nacional, la bandera, el escudo y especialmente el idioma, la lengua, que se convierte en idioma nacional gracias a la escolarización, la burocrática administración pública y -en los casos más difíciles como en el sur- mediante el uso de la fuerza a través de la policía o el ejército. Su objetivo primordial es evitar los nacionalismos y populismos que pretenden poner la política al servicio del pueblo. Me pregunto ¿La política y el pueblo existían antes de la intervención del estado?
Su otro objetivo claro es la reproducción de la fuerza de trabajo. Nada nuevo, la educación se reduce únicamente al aprendizaje de determinados roles sociales: desempeñemos nuestros papeles, cumplamos nuestras funciones, critiquemos los desvíos…como la campaña del Transantiago “No meta la mano ahí” en donde se domestica y adiestra a los alienados ciudadanos para que denuncien y objeten a cualquier oveja que dé el más leve atisbo de salir del paradigma del rebaño sometido. Dividendo absoluto y completo… el rebaño se auto regula.
Por otro lado, las leyes emitidas y aprobadas por el poder económico-político democráticamente elegido, no hacen más que autentificar el uso de esta violencia. Estas mismas leyes se han encargado de destruir nuestro genuino sentido de la chilenidad. Las aperturas a los mercados económicos internacionales -a través de tratados de libre comercio- realizados por los gobiernos de la concertación nos han mostrado cómo los intereses políticos, han dañado irremediablemente la agricultura criolla y a los productores locales a quienes hemos visto sucumbir inevitablemente, incapaces de competir ante las grandes corporaciones internacionales. Las grandes tiendas nacionales por otro lado se han inundado de productos chinos de pésima calidad que nos venden a altísimos precios lucrando desvergonzada e impúdicamente.
El estado represor pretende transformar al hombre de la tierra, el Mapuche guerrero en ciudadano civilizado y a la violencia en ley. Pero se equivocan, el estado necesita de nuestra historia y del nacionalismo para movilizar fuerzas capaces de resistir la hegemonía de las grandes potencias centrales. Necesitamos gente comprometida con el país, no con sus gobernantes o sus intereses egoístas, no con el mundo de fuerza y dinero que persigue únicamente intereses materiales reemplazando las ideas por ideologías puestas al servicio de las utilidades empresariales. Necesitamos críticas con propuestas sólidas, y no radicalmente extremas pues nos llevan a posiciones inútiles y marginales. El capitalismo cuanto más avanza más elimina el pensamiento racional de la gente al igual que los sentimientos humanitarios de cooperación y ayuda social. El sujeto individual, separado de la razón, cae entonces bajo la dependencia del poder político económico y su precariedad social inducida, pareciendo confirmar que en el trabajo no es sólo el proletario el explotado por el capitalista o burócrata; más profundamente, es el sujeto. Es el sujeto personal alienado y privado de toda capacidad de construir y de defender su propia identidad.
Deprimente…pero es el precio que hay que pagar… “EL DESPERTAR DEL SUJETO SE PAGA CON EL RECONOCIMIENTO DEL PODER COMO PRINCIPIO DE TODAS LAS RELACIONES…” (Horkheimer)

miércoles, 5 de mayo de 2010

Heurística politológica de la subyugación

Proselitismo de la subyugación

De los tipos de subyugación al poder económico como único poder real y sus causas

1.- Por ignorancia: Este tipo de subyugación es propia de las clases sociales bajas, la reproducción de la inequidad y pobreza intelectual es producto de un manejo político social, de modo de contar con masas ignorantes dóciles y manejables, además de proveer mano de obra barata a los poderes empresariales. Se aprovecha del hecho de que el pobre no acepta su estatus de tal y por lo tanto trata de adherirse al lado “bonito” del candidato político, a su imagen de riqueza, de bienaventuranza económica, dándole su voto y su apoyo. Lo ve como una forma de alejarse de sus pares, aunque sea momentáneamente. Es una forma de evitar el aceptar su condición real de pobre y una vía de escape. No es de carácter volitivo.

2.-Por necesidad: Esta es propia de las clases sociales medias. Es producida por una pésima calidad de los sueldos de los trabajadores y debido a la sobreoferta de profesionales egresados al mercado laboral. La baja calidad de la educación formal ayuda a este fenómeno. Se basa en el sobreendeudamiento del trabajador, a los bancos, a las casas comerciales .etc. Generalmente este tipo de subyugado no quiere que sus hijos vivan una experiencia parecida a la de sus padres, esforzándose al máximo para cancelar colegios carísimos, y tratar de brindarle lo mejor y un poco más allá de lo posible, pensando en no repetir la historia y que de esta manera saldrán del “hoyo” en que están. Los poderes económicos cooperan de igual manera que en el punto anterior ayudando en la reproducción de esta clase. No es de carácter volitivo

3.-Por indiferencia: esta es propia de intelectuales. Generalmente habitan en el “Olimpo” y bajan muy de cuando en vez a ver que sucede con el resto de los mortales, su indiferencia es pasmosa, y es muy común que salgan del país porque aquí no se dan las condiciones para su desarrollo. No hacen nada por cambiar el orden establecido. Sólo les interesa “muscular” su conocimiento, ayudando de paso a la parálisis y la estática social. A pesar de que tienen una visión desde “arriba” su indiferencia promueve y alimenta su propia subyugación. Es de carácter volitivo

4.-Por comodidad: Esta es propia de la clase media acomodada. Aquí ya no apreciamos ignorancia ni endeudamiento. Las necesidades básicas están plenamente satisfechas y hasta se dan algunos lujos, El salario alcanza incluso para ahorrar. Su voto político es mas bien una delegación de responsabilidades hacia el poder político, es un “encárgate tú”. Esta clase tiene el problema de que ante crisis económicas complejas pueden acercarse peligrosamente al tipo subyugado por necesidad, pero sólo ante las crisis, una vez superado el escollo “si te he visto no me acuerdo”. Desde el punto de vista volitivo se puede decir que tienen un carácter bivalente.

5.-Por la obtención de beneficios: Esta es propia de las clases sociales altas acomodadas. Aquí se aprecia de manera contundente el más feroz y descarado significado de las políticas neoliberales. Son los responsables de todas las clases anteriores, de su subyugación, de su reproducción, de la insolvencia económica y de su ignorancia. No tienen miramientos éticos (ni hacia las personas ni ecológicos) a la hora de velar por las utilidades de sus empresas y ratifican su poder gracias a las leyes que ellos mismos generan. Utilizan a la policía como comisarios del poder económico reprimiendo cualquier conato de cordura por parte de la masa trabajadora. Hacen de la educación un negocio, cobrando caro por una educación incierta sin siquiera recordar que ellos estudiaron gratis. Abusan de las personas prestando dinero a intereses usureros descaradamente. Utilizan a los políticos para reafirmar el orden existente. Manejan los medios de comunicación como la televisión y los diarios haciéndolos pasar por populares y portadores de la verdad. Es de carácter dictatorial, excluyente y endogámico.

¿A cuál perteneces tú?

sábado, 1 de mayo de 2010

De la decepción

El movimiento obrero

El redactor del periódico Arbeiter Zeitung, Adolph Fischer, corrió hacia la imprenta del periódico para imprimir este panfleto aquel 1 de mayo de 1886 -en Chicago- el cual se utilizaría luego como principal prueba acusatoria en el juicio que lo llevó a la horca.

“Trabajadores: la guerra de clases ha comenzado. Ayer, frente a la fábrica McCormick, se fusiló a los obreros. ¡Su sangre pide venganza!
¿Quién podrá dudar ya que los chacales que nos gobiernan están ávidos de sangre trabajadora? Pero los trabajadores no son un rebaño de carneros. ¡Al terror blanco respondamos con el terror rojo! Es preferible la muerte que la miseria.
Si se fusila a los trabajadores, respondamos de tal manera que los amos lo recuerden por mucho tiempo.
Es la necesidad lo que nos hace gritar: ¡A las armas!.
Ayer, las mujeres y los hijos de los pobres lloraban a sus maridos y a sus padres fusilados, en tanto que en los palacios de los ricos se llenaban vasos de vino costosos y se bebía a la salud de los bandidos del orden...
¡Secad vuestras lágrimas, los que sufrís!
¡Tened coraje, esclavos! ¡Levantaos!.”

Aquel 1 de mayo de 1886, 200.000 trabajadores iniciaron la huelga, cuya principal exhortación era la disminución de la jornada laboral a un máximo de 8 horas. La fábrica de maquinaria agrícola McCormick estaba en huelga desde el 16 de febrero, las protestas habían dado paso a peleas campales entre trabajadores y rompehuelgas. La policía en su rol represor, procedió a disparar a quemarropa sobre la gente causando muertes y decenas de heridos. La prensa se adhirió a este rol represor y desinformador.
Este 1 de mayo de 2010, la televisión chilena nos ha ocultado la verdad una vez más, asumiendo su rol de perro faldero del poder imperante. Estuve haciendo zapping, merodeando de canal en canal pero en ninguno encontré alguna información relevante acerca del mensaje petitorio que hiciera el presidente de la central unitaria de trabajadores CUT Arturo Martinez. Curioso, por decir lo menos. Se ensalza en cambio a un par de imbéciles tirando piedras y palos en vez del choque de la fuerza política-económica con el movimiento obrero, que solo pide un sueldo digno desde hace más de 20 años…20 años en que la concertación nada hizo…(que veteranos más inoperantes) La decepcionante televisión solo muestra lo insólito, es sensacionalista, muestra lo banal con un efecto devastador sobre la mente del ciudadano desorientado.
Cuando leí “La Miseria del Mundo” de P. Bourdieu me pareció deprimente…Sin Embargo, más me decepciona hoy ver como esas historias de pobreza de la clase trabajadora gala se repiten en nuestro país, veo como la miseria se reproduce, con un paso lento pero inexorable, sanguinario, inhumano, las condiciones laborales de los trabajadores retroceden so pretexto de modernización, de desarrollo, de sueños de país tercermundista para llegar a la OCDE, de flexibilidad laboral soterrada tras un pésimo seguro de desempleo , de pérdida de beneficios por años de servicio, y al llegar al final del camino terminar a los 65 años viejo y olvidado…con una pensión de hambre de apenas 70 lucas… Los trabajadores siempre terminan mal…siempre terminarán mal….a quien le importa… es su sino…o quizás como dijo Adolph Fischer … “Es preferible la muerte que la miseria.”