sábado, 2 de octubre de 2010

Del beneficio de la catástrofe


Después de la muerte de dios a manos del superhombre Nietzscheano, la Deconstrucción de Derrida y la muerte del hombre como ser epistemológico a manos de M. Foucault, poco queda por pensar más que en la carrera desaforada y estrepitosa de este hombre-muerto rumbo a la destrucción del todo. ¿Fukuyama tenía razón? Es acaso el capitalismo el último y más elevado sistema económico posible de alcanzar por la civilización humana? O es que la concentración del capital es ya tan brutal que es imposible siquiera pensar en alguna mínima posibilidad de cambio? y ¿que implica un cambio? no me cabe duda que toda mutación de sistema político lleva aparejado un cambio en el sistema económico y viceversa. El régimen político del capitalismo económico es la DEMOCRACIA y ¿no es caso su fundamento producto del apetito de grupos que lucharon por sus propios intereses? ¿Acaso no son todos lo mismo? Desde la época feudal, pasando por el materialismo histórico de Marx, el totalitarismo Stalinista, el nacionalsocialismo hitleriano o El capitalismo de A. Smith ¿no son acaso todos movidos por el mismo motor? ¿No es acaso en todos ellos que observamos el mismo comportamiento humano? ¿Ese sentimiento egoísta de tener cada vez más dinero y más poder para generar más dinero y más poder?
Poca diferencia existe entre una dictadura militar y una república, salvo la poca perfección de la primera con respecto de la segunda, en el sentido de lograr un dominio total del individuo social. Una dictadura genera anticuerpos y es mal vista por el universo “democrático” mundial. La republica en cambio con sus votaciones y elecciones de parlamentarios, alcaldes, concejales etc. crea una falsa sensación de participación ciudadana, logrando una aceptación ciudadana única y perfecta, en la república el dominio se hace por lo tanto muy estable pero en el fondo es una dictadura encubierta, no de un individuo, sino de toda una clase social.
Los hechos ocurridos en Ecuador con la policía, el ejército y el presidente Correa me hicieron recordar las palabras de Marx. El dice que en el capitalismo lo normal no es la armonía sino el conflicto y CUANDO LA VIOLENCIA DEL ESTADO, SU VIGILANCIA Y DISCIPLINA, SU AMENAZA PERMANENTE DE CASTIGO Y PUNICIÓN, SON CONSIDERADOS LEGÍTIMOS POR SU POBLACIÓN, ESA VIOLENCIA COTIDIANA SE VIVE COMO… “PAZ”. La paz entonces no es más que el dominio estable y sin sobresaltos de la clase empresarial y política. Lamentablemente no nos dejan ver, nos manipulan y nos controlan sin darnos cuenta. Vivimos enajenados, por la rutina, la necesidad de trabajo, la mala educación, etc. Nos bombardean con mensajes comunicacionales de poca monta por televisión….una de las últimas campañas del gobierno de Piñera es aquella que hace alusión al trabajo de la mujer, haciendo parecer al hombre como un retrógrado y troglodita por no permitir a la mujer que trabaje. Simplemente necesitan más personas a las que ingresar al sistema laboral para explotar y aumentar sus utilidades. Fourier tenía razón: “La libertad de la sociedad puede medirse por la libertad de la mujer”…
¿Acaso la solución a este baldón –y lo digo desde un punto de vista sistémico- es una vuelta completa hacia la naturaleza? ¿Y olvidarnos de que somos seres sociales, viviendo autónomamente autoexiliándonos? Ya muchos han empezado a hacerlo, a salirse del sistema y autoexiliarse en comunidades ecológicas sustentables. ¿Acaso esto evitará que surjan problemas a futuro? ¿O el problema es el hombre?...perdón me olvidaba…al Hombre lo mató FOUCAULT...

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