Mucho se ha hablado acerca de la gestión del actual gobierno, que buena , que mala, que hemos avanzado lo que otros no hicieron en 20 años, en fin, sin duda aquí estamos frente al popular dicho “con guitarra es otra cosa” y de seguro Piñera se ha enfrentado a su más temido enemigo: su propio discurso.
Durante las campañas presidenciales, el conglomerado aliancista, prometió un cambio radical en la gestión de gobierno, decían que la autoridad concertacionista actuaba tarde y reactivamente frente a distintos temas, se cuestionaba a sus personeros, etc. Ellos prometieron un cambio radical, una nueva forma de gestión, modernizadora, se abanderaron con la propuesta del cambio para Chile, pero aún no se aprecia ninguna variación sustantiva, ninguna transmutación real por mínima que sea, que evidencie el cambio auténtico de mando. Al parecer la derecha progresista se quedó sólo en la retórica de promesas y agravio de sus adversarios políticos, sin lograr hasta el momento cumplir las expectativas generadas por su propio discurso, la vara sin duda le quedó demasiada alta.
Se evidencia por otra parte un problema de credibilidad. Algunas de las autoridades regionales nombradas por la autoridad NO han resultado ser las más idóneas para los cargos debido a algunos temas pendientes con la justicia: sueldos e imposiciones de trabajadores impagas, Dicom, vinculaciones con estafas millonarias, otros vinculados con Paul Schaeffer, Otros con intereses en constructoras, o en isapres, o porque no se licitó públicamente la reconstrucción de las ciudades afectadas por el terremoto…La nómina es extensa y no hace más que crear una sensación enfermiza de que en este gobierno como en los anteriores predominan los intereses personales por sobre los intereses nacionales. En realidad eso no sería nada nuevo.
Existe además un manejo repugnante de las comunicaciones, en Chilevisión canal de propiedad del presidente Piñera ya no exhiben tantas noticias de delincuencia, como lo hacían hasta antes de que su dueño fuese elegido presidente, los delitos ya no se ven, lo que hace aumentar la sensación de seguridad de la gente, es como si vivieran en una burbuja, pero los delitos existen, solo que hemos tapado el sol con un dedo, ¿Cómo podríamos llamar a eso? ¿Ocultar información? ¿manejo de información? o ¿medios de desinformación masiva?
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